Propuesta Cívica, Reporteros sin Fronteras y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), condenamos el actuar de la Sexta Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, presidida por el magistrado Francisco José Huber Olea Contró, autoridad judicial, en el caso contra el periodista Sergio Aguayo Quezada.El pasado 10 de octubre de 2019, emitiósentencia condenatoria en contra de Aguayo. La sentenciafue fundada y motivada en argumentaciones dolosas e interpretaciones erróneas y violatorias de los derechos humanos y de los estándares que se han desarrollado en materia de libertad de expresión. De tal forma, quebranta dolosamente el Derecho y los criterios establecidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

El magistrado Olea Contró interpretó y aplicó de manera dolosa e inadecuada el Estándar de Malicia Efectiva. Este estándar tiene que ser aplicado a géneros periodísticos de información que por su propia naturaleza implican un contenido de “hechos”. Y en el caso concreto se trata de una “columna de opinión”, tal como lo ha establecido la SCJN,elestándar de Malicia Efectiva solo se puede aplicar en la difusión de hechos y no de opiniones, ideas y juicio de valor. Contrario a la legalidad el magistrado aplicó un argumento sin validez para sustentar su condena. El magistradoaplicó de manera inadecuada este estándar convirtiéndolo en uno de sus argumentos más fuertes para sustentar su condena.

Con el mismo dolo, realizó una interpretación errónea delEstándar de Sistema Dual de Protección. Este estándar establece que los límites de la crítica y escrutinio público siempre serán más amplios tratándose de personas con proyección y actividad pública. Sin atender el sentido correcto, el magistrado Olea decidió que, en atención al sistema dual, el periodista no debió criticar la detención de Moreira en España, ni generar juicio, ni opinión de su función como Gobernador de Coahuila, concluyendo que la columna de Aguayo violaba la presunción de inocencia del ex gobernante. Un argumento falaz, toda vez que el autor de la columna comunicó un hecho cierto y noticioso.

La sentencia contra Sergio Aguayo evidencia violaciones al debido proceso, la autoridad no aplicó la ley competente (Ley de Responsabilidad Civil para la Protección del Derecho a la ida privada, el honor y la propia imagen en el Distrito Federal)y arbitrariamente condenó al periodista alpago de 10 millones de pesos por concepto de“daños punitivos”, inconstitucional e inconvencional.

Las organizaciones firmantes manifestamos nuestra preocupación por el acoso judicial del que es víctima el periodista Sergio Aguayo materializado en una sentencia condenatoria ilegal, la misma resulta un retroceso para la libertad de expresión y un precedente riesgoso para la libertad de prensa en México.

Solicitamos de manera urgente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, determine la atracción del amparo directo 906/2019, promovido por Sergio Aguayo Quezada y sea esta máxima autoridad judicial quien estudie la sentencia y frene la serie de violaciones y el acoso del que está siendo víctima el periodista.

Así también, hacemos un firme llamado al Consejo de la Judicatura de la Ciudad de México para que de manera inmediata conozca de la Queja 11/2020 presentada por el periodista e investigue al magistrado Francisco José Huber Olea Contró, por presuntos actos de corrupción en la sentencia y en su función judicial.

Pedimos a la CNDH que de acuerdo a su mandato se pronuncie en este caso y haga un llamado al Poder judicial para que se conduzca conforme a derecho y garantice los derechos fundamentales de Sergio Aguayo.

A los Relatores para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana y la Oficina de las Naciones Unidas, se pronuncie de acuerdo a sus recomendaciones al Estado mexicano en su informe 2017, en el que señalan, el marco legal de un país debe garantizar el ejercicio de la libertad de expresión y prevenir las restricciones arbitrarias o desproporcionadas”, como ocurre en el caso de Sergio Aguayo.

SIN PRENSA LIBRE Y SIN UN PODER JUDICIAL INDEPENDIENTE NO HAY DEMOCRACIA