Ramón es un periodista originario de Paracho, Michoacán y fue ahí, en el municipio que lo vio nacer, que desapareció el 6 de abril de 2010, a los 47 años de edad.

El chuco’ como le decían sus amigos, colaboró en diversos medios locales como La Guía de Zamora, El Sol de Morelia, La Voz de Michoacán y Cambio. Sus colegas, amigos y familia le recuerdan como un periodista dedicado a su trabajo, con un profundo gusto por cubrir los acontecimientos de su comunidad y poseedor de un interés por la cultura, costumbres y tradiciones purépechas. Su esposa Estela, con quien tenía 24 años de casados al momento de la desaparición, recuerda que Ramón asistía a fiestas, bodas y entrevistaba a las personas para conocer su labor. ‘No había día en que se quedara sin nota’.

Además de ejercer el periodismo como profesión, impartía clases en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y como luchador social de su comunidad se sumó a diversas causas como el acceso a la educación en zonas donde el gobierno ni nadie apoyaba; era común verlo participar en marchas y asambleas, buscaba ayudar a las personas con lo que estaba a su mano. A los 19 años, por ejemplo, promovió la construcción de la carretera que da acceso a la comunidad de San Pedro en el municipio de Aquila, con estas acciones se hizo del reconocimiento y agradecimiento de la gente, recuerda Estela.

Su palabra favorita era “líder” y siempre decía “todo problema nace para solucionarlo”, quizá por eso supo obtener el apoyo económico del gobierno del Estado para el beneficio de su municipio, pues con este recurso impulsó la construcción del edificio para la extensión de la Universidad Pedagógica en Paracho. No hubo obstáculo o intimidación que lo detuviera, sólo su desaparición llevó a la suspensión del proyecto, mismo que sigue abandonado hasta la fecha.

Ramón es padre de tres hijos con Estela, quien recuerda con ahínco su gesto de despedida al salir de la casa y escuchar por última vez su voz cuando le dijo que llegaría a las nueve de la noche con la cena para todos.

La pregunta que no deja la cabeza de Estela es ¿por qué?, ¿por qué si no cubría temas delicados?, ¿por qué si no le había hecho mal a nadie?, ¿por qué no se hizo bien la búsqueda durante las horas cruciales?, ¿por qué a casi una década, no ha habido respuestas?

Quienes fueron sus estudiantes, hoy son profesionistas. Sus hijos han crecido y hasta nietas tiene ya. Contrario a cuando fallece alguien, la desaparición trae consigo un sentimiento de desconcierto que no deja vivir. No hay explicaciones ni consuelo. Sólo una mínima esperanza de que la persona regrese con vida o, en su defecto, de saber lo que realmente pasó.


Conoce el trabajo legal que ha realizado Propuesta Cívica a favor de Ramón y sus familiares: http://bit.ly/2N1mqAB

Sigue las stories que preparamos con más detalles del acompañamiento legal hecho por Propuesta Cívica a familiares de Mauricio y Ramón: http://bit.ly/31Yw4bI